Me desperté llorando, soñé que no volvías, que no llegaba a tiempo a quizás, quizás tu despedida. Las lágrimas saladas, mojaban mis mejillas, mi carita empaba los sueños, los sueños que morían. Te siento en ese beso que no fué, te siento en las ausencias, te siento en los escombros de este amor, que me llenó de penas, te siento en el olvido, te siento en el recuerdo, te siento en cada parte, te siento en todo el cuerpo. No importarán las formas, ni la piel que te pongas, ni cuándo, cómo, ni dónde ni el nombre, ni el nombre que te nombra. Porque sé que estás cerca, te siento en carne viva, me desperté llorando y supe y supe que hoy volvías.
Yo, que te amo y te echo de menos, yo, que te digo una vez mas, yo, que conozco el sendero, más allá del bien y el mal... Yo te espero, como siempre que te espero... yo me muero, por comerte poco a poco... yo me quedo, deambulando como un loco en la ciudad. Días en que estoy feliz, días en estrema soledad...
No es lo mismo lo que fué, lo que es ni lo que será. No es lo mismo ganar, perder o empatar. No es lo mismo saber que aceptar. No es lo mismo entender que perdonar. No es lo mismo arrepentirse que corregirse. No es lo mismo querer, poder o deber. No es lo mismo un recreo que un viaje. No es lo mismo un desencuentro que una pelea. No es lo mismo separse que dejar de amarse. No es lo mismo el destino que la suerte. No es lo mismo con ustedes o sin ustedes.
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