Salgo volando por la ventana y tantos días quedan atrás, ya no me importan todas las cosas que ayer me podían molestar... Son cajones que se cierran para que nadie los vea, son palabras que no pude decir. Pero ya no me importa, porque nada me toca, y no hay nada vivo dentro de mí. Floto en el aire desde esta tarde, cuando mi cabeza explotó. Ahora el piso es de nubes y me asomo cada tanto a espiarte desde donde estoy. Y vuelo, y veo, y lloro un poco. El barrio se ilumina y la noche se hace día, brilla como un árbol de navidad, estoy harto muy harto y las luces de los autos que se frenan cada tanto y vuelven a arrancar.